Silvia Sanz Torre

 

El sector cultural está siendo uno de los más afectados por la crisis económica que aqueja a nuestro país. Por un lado ha sido imposible hacer ver a los gestores del sector público que la cultura no es algo prescindible o inútil, convirtiéndose la música en una de las grandes damnificadas en las partidas presupuestarias. Pero por otro la coyuntura económica ha puesto de manifiesto la gran dependencia del sector de las subvenciones públicas y la escasa tradición que existe en España de otras variantes como la inversión privada directa (no a través de becas o patrocinios) o el mecenazgo. En medio de esta vorágine, el Grupo Concertante Talía flota apaciblemente mientras entidades de mayor prestigio zozobran ante la falta de ingresos y subvenciones.

Hemos querido conversar con Silvia Sanz, cabeza visible del Grupo Concertante, una mujer en un mundo tradicionalmente de hombres como es el de la dirección orquestal, para que nos cuente cuál es la fórmula del éxito de una agrupación que creó en 1996 y que desde entonces no ha dejado de crecer, hasta el punto de tener su propia temporada en el Auditorio Nacional de Madrid.

La mañana es fría, y el paso de Silvia, resuelto, cuando viene a nuestro encuentro. “No sabía que hacía tanto frío”, dice, mientras pide un café y nos cuenta que hay muchas veces en las que no pisa la calle: sale del garaje de su casa y se mete en el de la oficina, y sólo ve las calles madrileñas desde la ventana.

 

Silvia Sanz Torre - Entrevista

Silvia Sanz durante la entrevista

 

¿Cómo funciona económicamente el Grupo Concertante Talía?
No recibimos ningún tipo de ayuda económica. Lo que sí tenemos es un convenio con el Ayuntamiento de Madrid, que nos cede una serie de locales en el Centro Cultural Sanchinarro. Y bueno, un poco a modo de contraprestación por esa cesión hacemos conciertos gratuitos, conferencias, ensayos generales abiertos al público, etc. Por otro lado, la temporada del Auditorio se intenta sostener con la venta de entradas, a través de una publicidad que nosotros mismos hacemos, pero sin ninguna subvención. Dependemos mucho de las entradas que se venden y del público que viene a nuestros conciertos.

O sea, que depende del favor del público, por así decirlo.
Exacto. En el fondo es muy complicado estar siempre con el agua al cuello. Pensando en si el público querrá o no venir a tus conciertos; pero a la larga eres independiente, y llega un momento en el que sólo dependes de que a la gente le guste lo que haces. Por ello, hay que adaptar mucho los programas, hay que estar muy pendiente de los gustos de aquellos que quieren venir a nuestros conciertos, sin descuidar la calidad musical que debes dar siempre al público. Ello nos obliga a superarnos a nosotros mismos constantemente, a tener esa sensación de no relajarnos jamás para poder estar siempre a la altura de lo que se espera de nosotros.

En España hemos vivido un largo período de tiempo en el que lo clásico estaba destinado únicamente a un tipo de público que entendía o decía entender.

¿Qué ha supuesto la llegada del Grupo Concertante Talía al barrio de Sanchinarro? ¿Se percibe un antes y un después en la vida de sus habitantes?
Creo que hemos hecho una labor maravillosa de acercamiento de la música clásica al gran público. Me da la sensación de que hemos vivido en España un largo periodo en el que lo clásico estaba destinado únicamente a un tipo de público que entendía o decía entender. Y al contrario, creo que la música es un lenguaje tan universal que puede ser para todo el mundo, entendido o no. Y eso sí que lo ha hecho muy bien el Grupo Talía en Sanchinarro: acercar la música a todo tipo de público, especialmente a los niños y a sus familiares, a familias completas, para que se experimente la música en el hogar de manera conjunta.
 

Silvia Sanz dirigiendo

 
Es muy interesante eso que dices, porque muchas veces el futuro músico no encuentra en su entorno más cercano la compresión o el apoyo que necesita.
Muchas veces sucede que el niño que estudia música tiene unos padres que no la han estudiado, y por eso no se implican. O bien el caso típico de “mi hijo quiere estudiar música, pero yo no sé de qué va eso”. Estamos haciendo talleres musicales para niños, cinefórum, conciertos pedagógicos a los que asistir en familia, etc. El proyecto es muy a largo plazo, una carrera de fondo, pero los resultados después de los cuatro años que llevamos en Sanchinarro son excelentes. Se nota que la gente quiere venir, y que ya no es solo al concierto gratis en la calle, sino a un concierto en el Auditorio, en un espacio más relevante, a escuchar programas más serios, más cultos, aunque no tienen por qué…

La denominación de “música culta” es tan elitista…
¿Es culta para el que la hace o para el que la escucha? Ese es el problema, que se ha denominado a la música clásica “música culta”, identificando a quien la hace como quien la escucha, y es una definición que no se ajusta a la realidad.

Se ha denominado a la música clásica, «música culta», identificando a quien la hace con quien la escucha, y eso no se ajusta a la realidad

Ya nos has contado que el Grupo Concertante Talía no depende de subvenciones, por lo que se podría pensar que no se ha visto tan afectado por la crisis económica como otras agrupaciones e instituciones de índole cultural.
Cuando gestionas una institución con agrupaciones orquestales como tenemos nosotros, todo funciona a la perfección cuando cuentas con una inyección económica importante. Pero, en el fondo, te acostumbras a necesitar la subvención. Y de repente, cuando esa inyección desaparece, descubres que careces de las herramientas necesarias para seguir adelante, para sobrevivir. Talía empezó sin ningún tipo de ayuda, y eso nos ha habituado a que sea el trabajo diario nuestra única manera de subsistir. En el caso de que recibamos algún tipo de apoyo, ya sea económico o no, ello se invertiría de nuevo en Talía, en la realización de nuevos proyectos. Pero el proyecto base, el punto de partida, no depende en absoluto de si recibimos o no esos apoyos.

O sea, una autosuficiencia total.
Eso es algo que hemos conseguido en estos años. No depender de si nos retiran la subvención para la próxima temporada o no. Y en ese sentido, la sensación de estar con el agua al cuello no es tan agobiante.

 
Silvia Sanz Torres - Dirigiendo

 
Antes mencionabas los talleres para niños, los conciertos pedagógicos. ¿Cuál es el concepto de labor pedagógica para el Grupo Concertante Talía?
Toda nuestra labor pedagógica gira en torno a la formación orquestal. Creemos que las agrupaciones son la manera perfecta de acercarnos al gran público. Es un hecho que no todos los niños o jóvenes que ahora mismo estudian música van a ser profesionales. Es imposible que tengamos en el futuro tantísimas orquestas como para que trabaje en ellas tanta gente como empieza, tantos como se animan a conocer este mundo. Pero esa labor que hacemos en las agrupaciones la hacemos para crear el público de los conciertos del mañana. Una persona que asiste a un concierto y no tiene la capacidad de ser crítico, de diferenciar lo que es de calidad de lo que no, en el fondo está rebajando el nivel cultural de una ciudad o de un país. No es necesario que el público sea “entendido” en el sentido que ha primado hasta ahora…

El público mayor, por ley de vida, va muriendo. Conviene que los niños comiencen cuanto antes a disfrutar de la música.

pero que sepa apreciar…
¡Exacto! Que sepa apreciar el trabajo y el esfuerzo de quien se sube a un escenario, porque también lo ha vivido en sus propias carnes. Un niño que estudia violín y sabe lo que hay que trabajar para subirse a un escenario quizás cuando tenga 18 años se dedique a otra cosa. Pero asistirá a conciertos, y sabrá perfectamente todo lo que ha tenido que hacer ese señor que está ahí arriba, sobre el escenario, y valorará el espectáculo muchísimo más. Y por el mismo motivo pagará el precio de la entrada porque es plenamente consciente de todo lo que hay detrás de cada concierto, de cada interpretación.

En definitiva, intentas crear la audiencia del futuro.
E intentamos fomentar que esa audiencia sea cada vez más joven. Porque si no, llegará un momento en el que el público, por ley de vida… (risas). Los mayores van muriendo. Los jóvenes tienen que empezar cuanto antes a disfrutar de la cultura.
 

Silvia Sanz

 
El Grupo Concertante Talía ha tenido una evolución muy clara en sus programas, saliendo cada vez más del gran formato clásico y tocando otros géneros con espectáculos como la exitosa “Noche de Soul”. ¿Es resultado de la llamada “crisis de formato” o responde a la demanda de los propios miembros del Talía?
Hay una parte importante del Grupo Talía que demanda esos programas distintos, pero también otra que quiere tocar o cantar repertorio clásico. Pero sí que es verdad que estamos intentando darle al público una de cal y otra de arena, por así decirlo. Dándote algo que te gusta te estimulo para que pruebes otras cosas más “serias”, más trascendentes. Que después de bailar en la butaca con “Noche de Soul”, aprendas a conmoverte con la solemnidad de un Réquiem. Un poco como se hace con los niños: si te doy un caramelo, mañana haces la cama. No se puede forzar a un público que no está acostumbrado a la clásica a escuchar solo este repertorio, o decirle lo que debe escuchar. Un buen ejemplo de ello son los programas de música de cine, un repertorio que al fin y al cabo es sinfónico.

El sinfonismo del siglo XX para todos los públicos.
Fomentamos así la asistencia a la música en directo de otra forma. Y también añadimos algún elemento visual de interés, una narración, una semi escenificación, cosas así.

Con estas palabras Silvia nos confirma que entre los músicos profesionales crece de manera cada vez más fuerte el convencimiento de que debe existir una tercera vía, al margen de la popularización descontrolada y de la rigidez del concierto decimonónica. Menos esclava de las subvenciones y más consecuencia de una eficaz gestión cultural y trabajo de marketing. Una muestra de que no hay que tirar la toalla, de que hay que mirar la realidad musical que nos rodea desde un punto de vista más crítico, para ser capaz de modificarlo.

Si contemplamos la música clásica en particular y la cultura en general como un producto que queremos que sea de interés general, hay que trabajar en un concepto más atractivo y cercano a lo que demanda el público. Un público que desea disfrutar de la música clásica, pero que quiere ser introducido en ella de manera progresiva y amena. Un público que quizás desee hacer de su butaca un pupitre. Más de lo que nosotros nos imaginamos. Para lograrlo, la interacción entre las distintas disciplinas artísticas, como el teatro, la danza, el arte audiovisual, etc, se nos antoja imprescindible para convertir el concierto tradicional en una experiencia más cercana a un espectáculo. Todo ello sin renunciar a dos imperativos fundamentales: la excelencia técnica y la calidad interpretativa.

Para el Grupo Concertante Talía y el fiel público que abarrota sus conciertos, funciona. Que siga sonando la música.

 

Grupo concertante Talía

Grupo concertante Talía, dirigido por Silvia Sanz Torre, en su temporada en el Auditorio Nacional.

 

El Grupo Concertante Talía es una agrupación de agrupaciones. Y es que en esta asociación cultural, si bien se fomenta la música de cámara, se potencian sobre todo las grandes formaciones musicales. De este modo, bajo el nombre de la musa se aglutinan la Orquesta Metropolitana de Madrid, la Madrid Youth Orchestra (MAYO), la Orquesta Infantil JONSUI, y el Coro Talía. Un hervidero de actividad musical que abarca todas las edades y niveles formativos, así como cada vez géneros musicales más dispares.

PRÓXIMAMENTE:

La Orquesta Metropolitana de Madrid y el Coro Talía, dirigidos por Silvia Sanz Torre, y con Amparo Navarro, Belén Elvira, Javier Agulló y Francisco Santiago como solistas, interpretarán el Réquiem de Verdi en el Auditorio Nacional de Madrid el 14 de marzo a las 22.30 horas. Más información y venta de entradas en www.grupotalia.org

 

 

SILVIA

 

Silvia Sanz Torres

 

Nacida en Madrid, Silvia Sanz Torre estudia guitarra, piano, armonía, contrapunto, fuga, composición en el conservatorio Superior de dicha ciudad.

Su formación en dirección orquestal se inicia con Enrique García Asensio, y posteriormente toma lecciones con distintos directores de prestigio, si bien se siente especialmente influida por los consejos de Helmuth Rilling y Aldo Cecatto.

Ganadora del IX Concurso Internacional de Guitarra Martín Codax, y finalista en el I Concurso de Jóvenes Directores de la Orquesta Ciudad de Granada, es directora asistente de la Orquesta y Coros Nacionales de España en la temporada 93/94.

Además de ser la cabeza visible del Grupo Concertante Talía, su currículum está lleno de orquestas de todo el mundo a las que ha dirigido o asistido. Por su trabajo con la Joven Orquesta Sinfónica de El Salvador, fue reconocida por la Asamblea Legislativa de ese país por “su ejemplo de participación de la mujer en espacios que contribuyen a erradicar las desigualdades en todo el mundo”.

A la pregunta de por qué la dirección orquestal, sobre todo siendo mujer en un mundo aún reservado para los hombres, Silvia nos responde que pese a ser intérprete de instrumentos polifónicos como la guitarra y el piano, todo se le quedaba corto. “El manejar diferentes sonoridades, el trabajo con las voces, es maravilloso. La conexión con otra persona a través de su instrumento, un cuerpo inerte que de repente cobra vida como por arte de magia, me parece el summun de la comunicación”.

Silvia es una mujer de carácter. De mirada intensa y de gestos enérgicos, una entiende que haya sido capaz de ganarse la confianza incondicional de los numerosos integrantes del Grupo Concertante Talía. “La dirección no es necesariamente cuestión de temperamento, que normalmente se asocia con el genio; pero sí de carisma. Más que el carácter, la experiencia me dice que resultan más eficaces la mano izquierda, la psicología… cosas que no nos enseñan en la carrera de dirección. Hay que saber hasta qué punto puedo forzar la máquina, hasta dónde tensar la cuerda sin que se rompa”.

 

Silvia Sanz Torres - Dirigiendo

www.silviasanz.com

 

 

OTROS PROYECTOS

 

Silvia Sanz Torres diciendo un ensayo en África

Silvia Sanz dirigiendo un ensayo en Etiopía

 

El trabajo como directora de Silvia Sanz Torre no se circunscribe únicamente al Grupo Concertante Talía. Uno de sus proyectos más fascinantes es el que desarrolla en Etiopía desde el año 2012, auspiciado por la Embajada de España.

“En Etiopía hacía 40 años que no había un concierto de música clásica. En Addis Abeba está la única escuela de música del país, la Yared School of Music, que no está planteada como las escuelas europeas. Los alumnos llegan, sin tener ninguna formación previa, a recibir una formación de tipo universitario. Este proyecto es mi granito de arena para contribuir al desarrollo de una cultura musical en el país, y está surgiendo efecto, porque ya se nota una evolución desde el primer año que estuve. Es un trabajo durísimo. El primer año ni siquiera sabían cómo se colocaba una orquesta, se pusieron en semicírculo. No sabían afinar, no sabían que hay que dar un La antes de empezar a tocar. Se nota mucho también su carencia de recursos; muchas veces se ven obligados a leer cuatro del mismo atril (normalmente son dos), y no poseen instrumentos propios. Llegan a la escuela, pillan el primer violín que pueden y cuando terminan, lo dejan en la escuela y se van a casa. No existe el concepto de la práctica individual. De nuevo, es otra carrera de fondo. Pero tremendamente gratificante”.

Cada año, Silvia dirige a la Orquesta de la Yared School of Music en el Teatro Nacional de Addis Abeba, interpretando un programa de obras de compositores españoles y etíopes. El aforo del teatro es de mil trescientas personas. Siempre llenan, con un público entusiasta que quizás no sea el más entendido, pero que tiene la firme voluntad de entender. Y sobre todo, de apreciar algo que para ellos es excepcional.

 

Silvia Sanz y su orquesta africana

 

 

 

Estefanía Perdomo
Soprano.
Licenciada en Historia.

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