Abandonó su pueblo persiguiendo un sueño: convertirse en escritor. Lo consiguió rápido; al llegar a Madrid, Miguel Fernández-Braso se transformó en periodista. Interesado en el mundo del arte y de la cultura conoció y entrevistó a los personajes más importantes de la España de la segunda mitad del siglo XX. Escribió y editó libros y fundó la librería-galería Rayuela, donde dio a conocer la obra de Tapies, Gordillo, Alberto Corazón, Alcain y muchos pintores vanguardistas de la época. Su galería ha acabado siendo una de las más longevas y sólidas de Madrid. Hoy la llevan sus hijos.
La galería.
La galería Fernández-Braso es una de las más amplias, luminosas y bonitas de Madrid. Situada en el barrio de Salamanca, pertenece al grupo de galerías que en los años sesenta y setenta del pasado siglo crearon el interés y el mercado en torno al arte contemporáneo español y sus vanguardias, cuyos creadores, los que continúan vivos, siguen siendo los más respetados del panorama artístico español. Aúna la seriedad en la representación de sus artistas con el amor por la obra bien hecha y bien expuesta. Sus propietarios conciben sus proyectos no solo como una actividad expositiva sino como proyectos globales editoriales, multimedios y vertebradores de la sociedad en la que el artista, el espectador y ellos mismos se hallan inmersos.
Historia
Fundación.
Historia de la galería.
Dirección
Entrevista al director.
Línea de la galería.
Artistas
Representados.
Exposiciones individuales.
Arte y mercado
Mercado del arte.
Arte contemporáneo.
Historia de la galería.
Miguel Fernández-Braso llegó a Madrid en los años sesenta del siglo XX para hacerse escritor, y a medias consiguió cumplir su sueño: en poco tiempo se convirtió en periodista. Para las páginas del diario Pueblo o de ABC entrevistó a personajes de la cultura y del folclore de su tiempo: escritores, pintores, toreros. Paralelamente, junto a su mujer, abrió la librería Rayuela en una pequeña calle a espaldas de la Plaza de España en Madrid, en la que ofrecían libros que no podían encontrarse con facilidad, y que eran editados en París o en Sudamérica. Introducidos en los ambientes intelectuales y artísticos de Madrid, en las paredes de la librería comenzaron a exhibir obra de los artistas del momento que Miguel había ido conociendo en sus entrevistas y con quienes había entablado amistad.
En la librería organizan su primera exposición importante, en la que ya están Gordillo, Feliciano, Alberto Corazón, Alcain, etc. La fotografía de la derecha muestra el cartel de aquella primera exposición. La de la izquierda, a Carmen Muro, cofundadora de Rayuela junto a Miguel Fernández-Braso, quien siguió dirigiéndola, una vez transformada en galería, hasta su jubilación.
Miguel Fernández-Braso con Joan Miró, Salvador Dalí y Antonio Saura.
Posteriormente, Rayuela se traslada a la calle Claudio Coello, exclusivamente ya como galería de arte, aunque con mucha relación aún con el mundo del libro y de las publicaciones. De hecho Miguel no solo escribe sino que edita libros fundamentales sobre la obra de pintores de esa época, Miró, Antonio López, Tàpies, Zóbel, muchos de los cuales son fundamentales para comprender el arte español de vanguardia en aquellos años.
El barrio de Salamanca en Madrid se convierte entonces en el epicentro del arte contemporáneo en España, sobre todo por la influencia desplegada por la galería de Juana Mordó, que era la galerista más importante del país. En aquella época los caminos de los fundadores de Rayuela se separaron y cada uno siguió adelante con un proyecto distinto de galería. Miguel se involucró en la galería Juan Gris. Las fotografías dan muestra de la penetración y cercanía de la galería y de su fundador en el arte español de vanguardia de aquellos años y la relación estrecha que mantenía con sus artistas. Al cabo de muchos años, recientemente, Miguel y sus hijos deciden fundir ambas galerías en una sola para acometer proyectos de envergadura, y se constituye la nueva galería Fernández-Braso.
Miguel Fernández-Braso con Eduardo Chillida, Antoni Tápies y Xavier Valls.
LIBROS, TRABAJO CRÍTICO Y REVISTA GUADALIMAR
Miguel Fernández-Braso también fundó y editó la revista de arte “Guadalimar”, desde los años setenta hasta los noventa del pasado siglo, en la que se exhibía obra, textos críticos y galerías de todo el mundo. Escribió y editó muchos libros sobre pintores y sus trabajos. Todos pueden verse o consultarse en la galería. Ya entonces sus proyectos no consistían solo en la exposición de la obra sino en la difusión y en la creación de un elemento (libro) que la inmortalizara. En aquellos años no se publicaba apenas sobre arte contemporáneo, por lo que los suyos fueron muy útiles y actualmente referenciales sobre el arte de la época. Los libros continúan siendo parte importante de la galería.
Entrevista Manuel Fernández-Braso
Bajo la lejana pero experta mirada de Miguel Fernández-Braso, el fundador, que atiende su despacho por las mañanas, la galería está dirigida en la actualidad por los tres hermanos Fernández-Braso. Formando equipo, cada uno de ellos se encarga de un aspecto de los proyectos: la difusión y presencia en medios y en la red, el componente comercial y el mercado, y la línea y detalles artísticos, los artistas y las publicaciones. Nosotros conversamos con Manuel, que nos explica el tono de la galería y su historia, y nos expone su visión del arte contemporáneo en nuestro país.
LÍNEA DE LA GALERÍA
Nuestra galería representa en su mayoría a artistas españoles activos en la segunda mitad del siglo XX y en la actualidad. Todos reconocidos y representantes de diferentes estilos, pertenecientes a distintas vanguardias. De la abstracción geométrica de Palazuelo y Rosa Brun, a la fusión entre fotografía y pintura de Carmen Calvo o la figuración analítica e intelectual de Guillermo Pérez-Villalta. Casi todos comenzaron su carrera en los años sesenta, setenta u ochenta del pasado siglo y son referentes en sus distintos estilos. También mostramos obra de representantes de la vanguardia clásica española, ya fallecidos, como Xavier Valls o Antonio Saura. Lo que define a la mayoría de ellos es el equilibrio entre la solidez conceptual y la calidad estética de sus obras, así como la coherencia con el tiempo y el lugar en el que fueron realizadas.
Arte oscuro.
En el arte contemporáneo hay propuestas que, al estar alejadas del ideal clásico de belleza, resultan difíciles de entender y de disfrutar. Algunas obras son solo discursos teóricos o filosóficos expresados de forma poco accesible, y no resultan fáciles. Pero son necesarias. Dinamizan el panorama y reafirman la libertad del artista. Me gusta visitar las galerías que programan estos artistas. Las galerías son valientes, por las propuestas tan poco comerciales. Y, para mí, es un reto intelectual, casi un examen intelectual y sensitivo.
Intelectualidad en el arte.
No solemos hacer exposiciones que se alejen mucho ni del componente estético ni de su aceptación por el mercado. Valoramos las propuestas radicales y alternativas, pero no podemos dedicarnos a eso en nuestra galería. Desde hace mucho tiempo estamos vinculados a los movimientos de las vanguardias clásicas. Ese es nuestro territorio. Aunque no programamos arte conceptual puro y duro, estamos sumergidos de lleno en los procesos intelectuales de nuestros artistas, se llame éste Saura o Soledad Sevilla.
Galerías vacías.
Que la gente entre en los museos pero no en las galerías, donde se expone el arte vivo de su tiempo, es producto de la mala educación de la sensibilidad artística en nuestro país. Cualquier abogado o economista de clase media con poder adquisitivo compra una, dos o tres casas, y un gran coche, pero en cambio dedican poco a la cultura. Y sus hijos harán en el futuro lo que han visto hacer a sus padres. Hay que transmitir estos valores dentro de la familia. Ahí están las raíces de algo que perdurará.
Transmisión de la sensibilidad.
Para que el niño venga a las galerías, eduque su sensibilidad y se convierta en comprador, coleccionista o simple admirador del arte de su tiempo, tiene que ir a la galería con su familia, tiene que vivirlo en su casa. Y eso sucede poco en nuestro país. Pero soy optimista. Somos muy jóvenes todavía, tanto en la experiencia de la libertad como en la apreciación del arte. ARCO comenzó en 1982, hace nada.
Galerías.
Las galerías tocan todos los temas, todos los conceptos, desde los más científicos hasta los más evanescentes, tienen interés para todo el mundo, para el médico, para el abogado, para el arquitecto o para el panadero. Da igual. La visita a las galerías es una cuestión de educación de la sensibilidad.
Exposiciones.
Hitos en nuestra galería ha habido muchos (Tàpies, Antonio López, Zóbel, Millares…). Se han realizado exposiciones muy importantes. Pero en la nueva época destacaría la inauguración de nuestro nuevo espacio con la obra de Palazuelo. Solemos hacer cinco o seis exposiciones individuales al año, más una colectiva que muestra el trabajo en curso de nuestros artistas combinado con el trabajo más histórico o clásico de otros, pero con obras muy relacionadas.
Los artistas.
Los artistas que representa la galería son, cada uno en su corriente, los innovadores del arte contemporáneo español más apreciado, es decir, de las corrientes vanguardistas más reconocidas desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días. En sus obras se advierte un lenguaje personal, sólido, original. Los galeristas forman equipo con sus artistas, que visitan a menudo la galería, pero los dejan libres para crear. No son principiantes, conocen suficientemente el panorama del arte y saben cómo moverse en él. La relación entre la galería y sus artistas se basa en la confianza mutua, en saber que las dos partes trabajan con los mismos objetivos.
Artistas.
Para que llegue un artista nuevo a la galería tiene que enriquecer lo que hay. En España hubo y hay excelentes artistas, y seguimos apostando por ellos, pero tienen que completar nuestro programa y ser creadores de obras destacadas.
Relación con los artistas.
Los artistas jóvenes son ambiciosos y poco realistas; les falta la constancia y la humildad de los artistas consagrados. Pero no importa. Esas cualidades se aprenden. Nosotros ofrecemos a nuestros artistas una relación transparente, un proyecto conjunto, confianza para dejar su obra en la galería y para defender su cotización, y la capacidad de sostener económicamente el proyecto. Pero lo fundamental es la confianza.
RELACIÓN DE ARTISTAS.
Arte y mercado.
En España es exiguo el mercado del arte contemporáneo. La tradición democrática en España es muy reciente. De ahí que nuestra formación, educación y sensibilidad sea inferior a las de los países con una mayor tradición ilustrada. La imbricación del arte en la sociedad lleva su tiempo, y ha de transmitirse de padres a hijos. Aún así, en la galería son optimistas. Están convencidos de que las nuevas generaciones valoran más que las anteriores los procesos creativos y están despertando a la apreciación y al disfrute del arte, a valorarlo como un componente fundamental del espíritu humano y de la calidad de vida.
El arte.
El arte aúna la inquietud y la plenitud. La obra de arte es capaz de penetrar en recovecos de nuestro ser que no controlamos, en nuestras zonas oscuras. Nos conmueve y nos genera el impulso y el deseo de querer convivir con ella. Esos impulsos no tienen por qué ser positivos, pueden generar miedo, incertidumbre o desasosiego; hablarte del paso del tiempo, de la fragilidad del ser humano o de sus miserias.
El mercado del arte.
En España no ha habido nunca un mercado sólido y amplio de arte contemporáneo. En relación con la importancia de nuestra cultura, hay pocos coleccionistas y algún que otro comprador. Cada 15 ó 20 años viene una crisis que arrasa con todo y desaparecen los compradores, los coleccionistas, y has de empezar de nuevo. No tenemos la madurez y estabilidad de mercado de los países desarrollados.
Cuota de coleccionistas y compradores.
Nuestros artistas se sustentan de lo que vendemos. Tan importante es la exhibición de su obra como venderla. Necesitamos que sea normal salir a ver galerías y querer rodearte de su trabajo. Esta falta de sensibilidad artística es la causante del cierre de tantas galerías. Cuando una exposición no cala en el público o en la prensa, lo sentimos por el artista. Porque necesita ingresos para seguir creando.
El espacio.
El espacio expositivo de la galería es diáfano, amplio, espacioso. Es un espacio ecléctico, muy bien iluminado y con un acceso fácil y directo a la obra expuesta, tanto en los paños principales como en las columnas y en los pequeños recintos. Las obras de los artistas rodean incluso los espacios de trabajo de los galeristas. La visita a la galería constituye una experiencia estética indudable. Espacio y armonía rivalizan con la sensibilidad y la inteligencia de las obras expuestas. Los ojos del espectador no escapan de las obras; a donde miran estas les devuelven una mirada.
Pulsa en cualquier lugar sobre las fotografías para verlas en una mesa de luz.
Galería Fernández-Braso – Calle Villanueva, 30 – 28001, Madrid
Muy interesante. Entre los artistas de la Galería solo faltan mis cuadros.
Muy buena la presentación