Alberto De Burgos
He querido inaugurar la sección sobre maestros contemporáneos de la acuarela con un gran amigo, extraordinario y original acuarelista y estupendo compañero de fatigas pictóricas: Alberto de Burgos.
Posee un extraordinario dominio del color y capacidad dibujística desmesurada. Siempre rodeado de pequeños blocs y cuadernos, hace que cualquier esbozo pasado por su mano se convierta en una obra maestra.
El dominio del color está sincronizado perfectamente en toda su obra junto con el peso de los blancos (tan importantes en la acuarela). La administración del color y los tonos, el peso de los blancos y la capacidad de delineación de Alberto, hacen de él un acuarelista original, único y perfectamente reconocible.
En su acuarela son recurrentes los grafismos, rayados o la propia caligrafía del autor donde reflexiona muchas veces sobre la obra que está realizando, su estado de ánimo o el objetivo que persigue con esa creación.
La temática variada y heterogénea de sus acuarelas nos descubre un mundo de visiones –más que de realidades- y nos adentra en un mundo interior rico y lleno de sentimientos plasmados con una gran e innovadora riqueza técnica.
Generoso con todo el mundo, también sabe compartir sus conocimientos, además de ser su más severo crítico, lo cual le otorga una capacidad de investigación e innovación sin límites.
Enamorado de la pintura del natural, está agraciado por una capacidad de trabajo rayana en lo temerario lo que le lleva a veces a pintar con temperaturas bajo cero, por encima de los 40 grados o a soportar más de un chaparrón con un estoicismo ejemplar (soy testigo de ello).
Antonio Luis Cosano.
Autobiografía
Nace (durante la Feria de Abril de Sevilla de 1.955, el día 26).
Con 3 años, ingresó en un Colegio de Teresianas de Puertollano (Ciudad Real). De ese mismo año data una acuarela, probablemente la primera en papel y formato apropiado (A3: una ballena negra y enorme, junto a un barquito rojo pequeño, en un pastoso mar verde azulado), estúpida y lamentablemente destruida por él mismo, adolescente, despreciándola por carecer de los atributos y categorías que iba descubriendo en el arte.
Hasta los 16 años, en todo el periodo escolar, desarrolló una sencilla y lúdica competencia, no tanto en la asignatura de Dibujo, como en caricaturizar a compañeros y profesores, recibiendo considerables “premios” (impactantes) y “menciones” (normalmente a familiares próximos), al ser descubiertas sus habilidades.
En la Universidad Hispalense, Historia del Arte, desde los 17 años (con más vocación por ver y admirar el Gran Arte, que por ejercitarlo), formó un interesante equipo de trabajo con dos preciosas ecijanas, Isabel y Maruja: al desarrollarse todas las clases de Arte con proyección de diapositivas, y estando los exámenes basados en la identificación de las mismas, se dedicó a tomar rápidos y sistemáticos apuntes de las imágenes proyectadas, mientras las ecijanas anotaban las referencias y comentarios correspondientes, resultando una coordinación muy productiva y recomendable.
Pero, realmente, donde se forja su vocación artística, conquistando un estilo personal e inimitable, será durante el periodo militar, en la Legión (Tercio “Don Juan de Austria”, con sede en Fuerteventura): se pasó los 14 meses de servicio dibujando, con bolígrafo, Ches Guevaras, emblemas legionarios, “palomas dándose el pico”, desnudos femeninos, rosas, y un repertorio inagotable de temas “de buen gusto”, inmortalizados, en forma de tatuajes, sobre espaldas, brazos y pantorrillas de legionarios. Este periodo ha de considerarse definitivo en su filosofía artística.
Su consagración vendrá más tarde, en el 92, al conocer al grupo de pirad… comprometidos artistas que forman la Agrupación de Acuarelistas de Andalucía.
Estos son los pilares de su arte. De aquí nace su entusiasmo, aunque también su angustia.
MATERIALES Y FORMA DE TRABAJO
Mi papel preferido es Arches 300 grano fino.
Mi paleta es cambiante; últimamente he pasado de Rembrandt a Holbein.
Mis temas preferidos son el paisaje, la naturaleza, los monumentos históricos y la gente.
Mi forma de trabajo, peculiar.
En primer lugar, nunca pinto con un proyecto definido en el que pueda diferenciar «sus pasos»;
segundo, porque pintando «se me va la olla» y no paro hasta verla terminada.
COLORES
Los colores que nunca me faltan son azul cerúleo, azul cobalto y ultramar oscuro (con frecuencia también ultramar francés, sustituyendo al cobalto); blanco, amarillo limón, ocre amarillo y sepia; no tengo preferencia por ningún rojo específico, aunque procuro tener un bermellón (para formar anaranjados con un amarillo medio), y carmín (para formar violetas con los azules ultramar); a veces compro siena natural, gris payne (para mezclarlo con azules y/o sepia y formar oscuros intensos y densos) y, frecuentemente, verde esmeralda, para formar verdes claros con el amarillo limón y verdes azulados con el cerúleo.
Me ha parecido un articulo muy interesante e instructivo sobre autores que admiro.