Historia de la acuarela

Breve introducción al arte y evolución de la acuarela

Materiales acuarela

Materiales

La acuarela se define como una pintura hecha con una mezcla de pigmentos finos y goma arábiga que, disuelta en agua, proporciona colores muy transparentes. Los soportes habitualmente usados en esta técnica que se caracteriza por su dificultad, brillantez y luminosidad pueden ser el pergamino, marfil y otros, pero fundamentalmente, el papel.
Sus materiales simples, aunque de muy alta calidad, se prestan de forma extraordinaria a la plasmación de ideas y apuntes, lo cual ha hecho considerarla durante mucho tiempo, de forma equivocada, como una técnica auxiliar.

Recorrido histórico

Puedes pulsar sobre las fotografías de las acuarelas y las verás en una mesa de luz.

Egipto y Mesopotamia

Las primeras acuarelas ornamentales aparecen en Egipto y Mesopotamia, pues no son otra cosa que una disolución de pigmentos en agua con una base de gomas o resinas naturales. Aparecen decorando tanto muros como sarcófagos y en los distintos tratados sobre religión, ciencia o medicina egipcios, ricamente ilustrados sobre papiro a base de transparencias y virtuosismo por parte de aquellos primitivos artesanos.

Extremo Oriente

Sin embargo es en extremo oriente donde surgen en el siglo I a.C. las que podríamos clasificar como verdaderas acuarelas al incorporar como soporte el papel que apareció en China en torno a esta fecha. Otros soportes muy frecuentes en el arte oriental fueron la seda, el papel de arroz y el pergamino (cuyo nombre procede de la ciudad de Pérgamo). En China la acuarela o Shuimo hua aparece en la dinastía Tang (618-907), época en la cual se empezó a utilizar agua (“shui”) y la tinta china (“mo”) de forma muy diluida, que posteriormente se espesaría con la dinastía Yuan (1271-1368) proporcionando más riqueza tonal a las obras.

Códices

Soporte fundamental durante muchos siglos fue el pergamino -una piel de res tratada con cal y satinada con piedra pómez-. Las hojas así tratadas se unían en cuadernillos llamados códices. Los códices se cosían en varios pliegues dando lugar a lo que desde entonces llamamos “codex”, siendo utilizado para la elaboración de manuscritos. Tuvo una gran aceptación tanto en Grecia como en Roma, Siria, Bizancio, Persia o India. Sus miniaturas estaban pintadas con una mezcla de acuarela opaca, es decir mezclada con blanco de plomo que le daba a la pintura más cuerpo. Carlomagno contribuyó en gran manera al desarrollo de la elaboración de manuscritos iluminados, extendiéndose este auge durante el resto de la Edad Media hasta llegar al Renacimiento.

Frescos

Otra de las influencias importantes en la acuarela fue la técnica de la pintura mural al fresco que no es otra cosa que una especie de aguada basada en una lechada de cal con pigmentos que se aplica sobre el revoque todavía húmedo del muro y que al secar este, queda firmemente integrada en la pared como la acuarela impregna la hoja de papel. Además la técnica de ejecución tradicional del fresco es muy similar a la acuarela al aplicarse mediante lavados bastante transparentes.

El papel

En el siglo XII los musulmanes introdujeron en España la elaboración del papel teniendo ya constancia de molinos donde se fabricaba papel en el s. XIII en Játiva (Valencia). Posteriormente su elaboración se extendería por el resto de Europa incluyendo fabricantes reconocidos que han llegado hasta nuestros días como los italianos de Fabriano, alrededor del 1276, y la manufactura de Arches en Francia sobre el 1492.

Alberto Durero

Sin embargo el verdadero auge y esplendor a esta técnica se lo dio el primer gran artista de talla universal reconocida: el alemán Alberto Durero. A Durero se le considera como padre de la acuarela occidental puesto que entre su obra catalogada, aproximadamente la mitad son maravillosas acuarelas realizadas con gran destreza técnica, brillantez y maestría prodigiosa como se observa en sus numerosos apuntes sobre naturaleza, animales, flores etc., así como en verdaderos paisajes a la acuarela tal y como hoy la entendemos.

Primeras escuelas

Contemporáneo de Durero es el italiano Raffaello Sanzio, que utilizaba sistemáticamente la acuarela como base para sus bocetos de tapices y pinturas murales en el Vaticano. También fue usada con profusión por Federico Zúccaro. La primera gran escuela europea de acuarela con gran influencia de Alberto Durero, sería la liderada por Hans Bol en Holanda. A pesar de esta incipiente irrupción en el panorama artístico, en esa época se utilizaba más la aguada como técnica auxiliar, pero maestros holandeses destacados como Hendrick Van Avercamp con sus paisajes invernales o Adriaen Van Ostade en sus escenas tabernarias se sirven frecuentemente de una mezcla de acuarela y gouache.

Rembrandt, Van Dyck, Rubens y Ribera

Por el contrario, los grandes maestros como Rembrandt, Van Dick, Rubens o Ribera utilizaban más la aguada, consistente en un color sepia o pardo a partir de una mezcla de pigmentos basados en los tonos tierras derivados de las agallas de roble, la tinta de calamar u otras sustancias colorantes parecidas.

El paisaje

Posteriormente comienza a desarrollarse el género del paisaje gracias a Claude Lorrain y sus paisajes de Roma, compuestos a partir de numerosos bocetos a la aguada realizados frecuentemente a partir de apuntes tomados directamente de la naturaleza. Contemporáneo de Claude Lorrain fue Nicolás Poussin, que alternaba sus estudios religiosos, mitológicos o de figura con paisajes en los que siempre aparecen figuras, pero teniendo el paisaje una relevancia muy por encima de ese asunto que se podría considerar anecdótico.

Miniaturas inglesas

Hay que citar que en Inglaterra desde los siglos XVI al XIX, hay una gran cantidad de artistas que siguen utilizando la técnica de la acuarela sobre todo para hacer miniaturas sobre variados soportes como el pergamino o el marfil. Son destacadas las miniaturas de Hans Holbein. Como especialistas en la miniatura citemos a Rowland Lockey o William Charles Ross, pero sin duda alguna el más afamado artista fue el miniaturista británico Nicholas Hilliard.

Expediciones científicas

No solamente se circunscribe el medio a la miniatura, sino la gran expansión geográfica y exploraciones que se realizaron durante los siglos XVII y XVIII contribuyeron también a su desarrollo. En cada una de las expediciones científicas junto al médico o al científico, había valiosos y muy buenos acuarelistas, expertos en dejar un archivo gráfico de cualquier descubrimiento, exploración, planta o animal que se iban encontrando a lo largo de todo el mundo conocido. Artista destacado en este ámbito fue Vincenzo Leonardi, que realizó innumerables dibujos de minerales, flora y fauna del norte de África. En la ilustración, durante el reinado de Carlos III, España patrocina expediciones científicas en las que encontramos grandes acuarelas que constituyen un verdadero referente científico, destacando los grabados coloreados con acuarelas de las expediciones de José Celestino Mutis, Malaespina o Antonio José Cabanilles, que contaban con ilustradores como Juan Bautista Bru de Ramón.

Viajes

La facilidad de transporte del equipo para pintar acuarelas no solamente fue útil en expediciones científicas, sino también en los viajes de placer, contribuyendo en gran medida a la expansión por Europa de este medio de expresión portátil los viajeros ingleses, que durante los siglos XVIII y XIX descubrieron el continente a través de una especie de viaje iniciático que duraba a veces algunos años, en el que estos adinerados turistas dedicaban parte de su juventud a conocer evocadores y pintorescos lugares, sobre todo de Italia. Esas visitas ceñidas fundamentalmente a las ciudades de Roma, Florencia y Venecia, les hizo conocer los paisajes de Claude Lorrain y de Nicholas Poussin. De igual forma, conocieron en Venecia las vistas urbanas de Antonio Canaletto o Guardi y, al igual que hoy hacemos con las fotos o postales, esos viajeros querían llevarse un recuerdo de todo aquello que veían, dando lugar a un pujante, amplio y floreciente mercado de los grabados y dibujos con las vistas más representativas de los sitios visitados. Estas vistas o ”vedutas” estaban constituidas por aguafuertes o grabados -entre los que destacan los de Piranesi y van Wittel- sobre todo en tonos sepia y negro reproduciendo las vistas más típicas de las ciudades o los paisajes más elocuentes del “tour”.

Acuarela británica

Entre esos artistas, grabadores y dibujantes especializados a los que los ingleses llamaban topógrafos, alguien pensó más adelante en añadirles color y lógicamente, la técnica más apropiada no podía ser otra que la acuarela. Suele reconocerse a Paul Sandby como padre de la acuarela británica, pues fue el elemento de transición entre el paisaje dibujado y coloreado a reconocerse la acuarela como una técnica independiente. Paul Sandby era grabador de paisajes con ruinas a los que el mismo iluminaba con acuarela, sin embargo lejos de hacer una reproducción rutinaria y seriada, se esforzó por hacer obras únicas y dignas explorando diferentes técnicas de iluminación y métodos para mejorar la técnica, siendo muchos de sus paisajes considerados como las primeras acuarelas modernas en cuanto a técnica y estilo. Seguidores de esta línea fueron Francis Towne, William Pars y John Robert Cozens. Hay que citar al doctor Monro, médico londinense aficionado a la acuarela que hizo de su casa una verdadera academia de acuarela por la que pasaron artistas de la talla de propio Cozens junto los jóvenes Peter de Wint, Turner, Cotman, David Cox y otros muchos llamados a ser los grandes nombres de la acuarela inglesa.

William Turner

Una mención especial merece Joseph M. William Turner. Turner supone un punto de inflexión crucial en la historia de la acuarela, pues con él esta técnica llegó a unas dimensiones que nunca había conseguido anteriormente. Pinto miles de acuarelas logrando comprender y utilizar todo lo que el medio técnico le podía aportar en cuanto a rapidez y espontaneidad. Mediante rascados de la pintura, levantamientos o salpicados logró unos efectos de luz, atmósfera y de textura completamente contemporáneos, anticipando de manera muy palpable la pintura impresionista que se desarrollaría en Francia varias décadas después.

Variedad de temas

También en las islas británicas se vería enriquecida la variedad temática y compositiva por medio de artistas como J. Henry Füsli, con sus originales composiciones y temas; con William Blake, poeta, grabador e ilustrador, destacando entre su producción sus ilustraciones para poemas de Dante o para el libro de Job.

Expansión

El auge de la acuarela y su expansión fue tan extraordinaria que se consideraba como parte fundamental de la educación de cualquier joven de buena familia británica, teniendo en muy alta estima el saber pintar hermosas acuarelas. El protagonismo adquirido logró que en 1805 se celebrase la primera exposición de acuarelas en Londres, con tal éxito que fue visitada por más de 12.000 personas (que entonces tenían que pagar una entrada). Un año antes, en 1804 se crea la primera sociedad de acuarelistas del mundo, la sociedad británica de pintores a la acuarela. Durante el s. XIX, el desarrollo de la acuarela es imparable pues no solamente atrae a artistas, sino también a ilustradores, caricaturistas, viajeros o figuras de la pintura como los del movimiento prerrafaelista, donde encontramos excelentes acuarelas de algunos de sus miembros como Dante Gabriel Rossetti o William Holman Hunt, en los que la técnica de la acuarela vuelve a sus antiguas raíces de los manuscritos medievales dotando de cuerpo al color, haciendo una acuarela opaca con una gran riqueza cromática.

De Gran Bretaña al Continente

La acuarela pasa de Gran Bretaña al continente gracias a algunos de sus acuarelistas más renombrados: Richard Parkes Bonington, amigo personal de Eugène Delacroix, que utilizará también con profusión la acuarela en sus bocetos y en los apuntes de sus viajes. Más importancia tuvo si cabe, la exposición universal de Paris, a la que Inglaterra envía 114 acuarelas de primera fila que sorprenden gratamente a la crítica y al público francés. En 1879 se crea la Société d’ Aquarellistes entre cuyos miembros están Eugène Lami o Gustavo Doré.

España

En España es de reseñar la estancia del escocés David Roberts y el entusiasmo que Jenaro Pérez Villaamil mostró por esta técnica en sus viajes por toda la península acompañando a Roberts, quien hizo de la técnica una de sus constantes creativas. Destacan en esa época también Eugenio Lucas, Cosme Algarra, José Tapiró, Antonio Fabrés o José Villegas. Pero fundamentalmente el que da a conocer y divulga tanto en España, Italia como Francia esta técnica, es uno de los artistas más reconocidos e internacionales del siglo XIX: Mariano Fortuny. Además Fortuny sería uno de los impulsores de la primera Asociación de Acuarelistas nacida en España, el “Centro de Acuarelistas” de Barcelona que se establece 1864, fundándose en Madrid otra asociación de ámbito nacional catorce años más tarde.

Al margen de los estilos y movimientos

Tras la gran revolución que supuso a finales del siglo XIX el movimiento impresionista, y aunque el primer cuadro abstracto de la historia fue pintado a la acuarela en 1910 por Vassily Kandisky, la acuarela volvió a reducir su ámbito de uso, a pesar de seguir empleándose por muchos artistas en las fases previas de un cuadro, apuntes y cuadernos de viaje. En cualquier caso, la acuarela tuvo un papel relativamente pequeño cuando nos referimos a obras definitivas o a su elección por parte de los artistas de vanguardia como una técnica preferente en el desarrollo de sus obras. Como excepciones podemos mencionar a Paul Cézanne, Wassily Kandinsky, Marc Chagall, Paul Klee, Egon Schiele, Otto Dix, George Grosz o Emil Nolde.
Los artistas de la acuarela, salvo raras excepciones, no participaron en el arte abstracto; por el contrario, se mantuvieron distanciados de los estilos y movimientos que iban apareciendo durante la mitad del siglo XX, limitándose a incorporar a sus acuarelas la luminosidad impresionista, el uso provocativo del color y contraste de los “fauves” o algún nuevo esquema compositivo.

Expansión en Estados Unidos

Debemos viajar hasta los Estados Unidos para constatar la revitalización del medio, pues son autores estadounidenses los principales motores en la evolución de este procedimiento. En 1866 se funda la Asociación Americana de Acuarela siendo su primer presidente Samuel Colman. Artistas de renombre como Thomas Eakins, James A. Whistler, Edward Seago o Maurice Prendergast son acreditados acuarelistas, pero sobre todo destacan Winslow Homer, con sus paisajes de los bosques de Maine y escenas ambientadas en el Caribe y John Singer Sargent, verdadero maestro de la síntesis en sus paisajes, interiores o retratos. El relevo de estos autores fue recogido por otros artistas de gran calidad como Edward Hooper, Andrew Wyeth, Rowland Hilder, John Pike, David Millar, John Marin, Georgia O´Keefe, Lyonel Feininger y Sam Francis. No ha cesado en Estados Unidos la expansión de la acuarela, contando en la actualidad con numerosas y muy activas asociaciones de acuarelistas que acercan este medio al gran público con exposiciones, congresos o talleres por toda su geografía. Hoy día la escuela americana cuenta con maestros de la talla de Charles Reid, Frak Webb o Tony Couch entre otros.

Acuarela contemporánea

De vuelta a Europa cabe destacar dentro de la acuarela contemporánea a los británicos Trevor Chamberlain, John Yardley y David Curtis. En el continente citamos a Piet Lap, Tino Cedro, Viktoria Prischedko, Xavier Swolfs y Gisela Van Oepen. En Australia tenemos a Robert A. Wade y Ross Paterson o los afincados en este país Joseph Zbukvic y Álvaro Castagnet y los asiáticos Milind Mulick (India) y Cao Bei-An (China) entre otros muchos.

Panorama nacional (España)

Dentro del panorama nacional y desde mediados del pasado siglo hacemos mención por la calidad de su obra y su destreza técnica de Federico Lloveras, Manuel Bordallo, López-Montero, Ceferino Olivé, Guillermo Fresquet, Gutierrez de La Concha, Julio Quesada, Rafael Requena, José Martínez Lozano, Alberto Manrique, Julio Visconti, José Galán Polaino, Matías Mandilego, Francisco Bonnin, Humberto Alonso, Lucio Sobrino, Paco Sánchez o Vicente Ballestar.

Panorama nacional (español) contemporáneo

Actualmente, el artista más conocido por sus obras con técnica de acuarela es el mallorquín Miquel Barceló, destacando su utilización tanto en sus cuadernos de viajes como en los numerosos libros que ha ilustrado con esta técnica. Como acuarelistas contemporáneos que desarrollan la mayor parte de su producción en acuarela dentro del ámbito nacional encontramos a los catalanes Joaquín Ureña, Cesc Farré, Manel Plana, Amadeu Casals, Teresa Jordá, Rosa Permanyer, Jaume Tarín y Anet Duncan. En la zona centro estarían José María Ysmer, Carmen Vera Callejo, Frutos Casado de Lucas, Juan Díaz, Isabel Moreno “Alosete”, Francisco Solano Castro y Jesús Lozano Saorín. En Aragón, Aurora Charlo y Celia Bayona. En el norte peninsular mencionar a Justo Sanfelices, Blanca Basabe, Naty Alonso, Armando Juez San Salvador, Richard Pérez Franco, Julio Gómez Mena y Evencio Cortina. En el levante peninsular está José Francisco Rams, Salvador Rodriguez Bronchú-Orts y Laurentino Martí; concluyendo con Andalucía donde destacamos a Manuel Blandón, Pedro Orozco Tristán, Alberto Rafael de Burgos, Julia Hidalgo, Lucas Prado, Nemesio Rubio, Camilo Huéscar, Antonio Ortega, Antonio Luis Cosano, Lola Montero y Javier Muñoz Carmona.

Antonio Luis Cosano
Director Sección Acuarela
acuarela@latorredemontaigne.com
Antonio Luis Cosano

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