William Turner

La inocencia de los ojos

“Todo el efecto de la pintura descansa, en cuanto a la técnica, sobre nuestra capacidad de recuperar ese estado que pudiéramos llamar la inocencia de los ojos, ese modo de ver infantil que percibe las manchas coloreadas como tales, sin saber lo que significan, tal como las percibiría un ciego al que repentinamente le fuera devuelta la vista”.

John Ruskin

Turner - Autorretrato

Autorretrato. Óleo. 1779

No erraba John Ruskin en su libro “Modern Painters” de 1843 en su interpretación de la particularísima forma de interpretar el color que tenía Turner en sus cuadros. La desbordada modernidad de la pintura de un autor que anticiparía en muchas décadas no solo el impresionismo sino también la pintura abstracta.

Turner - Abadía de Tintern

Abadía de Tintern. Irlanda. 1794

Consumado dibujante y extraordinario acuarelista, Turner realizó miles de obras con esta técnica, dejando en su estudio al morir en 1851 más de 300 cuadernos con dibujos y esbozos. Además de la pintura, otra de sus constantes vitales fueron los viajes a los que dedicaba desde su juventud prácticamente todos los veranos. Realizó numerosa visitas estivales a Gales y Escocia, pero fundamentales en su bagaje artístico son las realizadas al continente visitando Francia, Suiza, Países Bajos o Italia. Trabajador infatigable, realizaba numerosísimas acuarelas, dibujos y esbozos que durante el invierno tomaban forma en su estudio londinense para convertirse en obras maestras que serían presentadas a la exposición anual de la Real Academia, donde era académico desde los 24 años.

Joseph Maillord William Turner nació en Covent Garden (Londres) en 1775 siendo su primer admirador su propio padre. Aquel barbero de Covent Garden sentía tal orgullo del pequeño Turner que no dudaba de exponer las acuarelas de su vástago en el escaparate del negocio familiar. Siguiendo la tradición de los iluminadores ingleses, desde niño, coloreaba grabados y dibujos de arquitectura o topografía siendo su primer profesor Thomas Malton. Fue tal su precocidad artística que pronto es admitido como alumno en la Real Academia. En esta prestigiosa institución expuso regularmente desde los 15 años hasta su muerte con solo 5 ausencias en su dilatada carrera. Allí recibirá clases de Joshua Reynolds entre otros afamados artistas. Su talento, y la admiración de sus coetáneos le permitirá pronto disfrutar de una desahogada situación económica que le garantizará vivir con desahogo y convertirse en un viajero incansable.

Turner - Exequias en el mar

Exequias en el mar. Paz. 1842

Turner - Vista hacia el oriente

Vista hacia el oriente desde la Giudecca en la madrugada. 1819

Tal vez sea su obra acuarelística la más innovadora desde el punto de vista contemporáneo y la que nos muestra el más amplio abanico de innovaciones tanto técnicas como compositivas. Quizás lo más relevante en su trabajo, sea la liberación del color de la prisión que a sus predecesores les suponía el dibujo. Con Turner aparece un procedimiento totalmente opuesto en el que el color se libera y fluye, se manipula con los dedos, se rasca y se frota y quizás al final, con ciertos grafismos y ligeras pinceladas, se esboza un ligero dibujo que sitúa la escena entre una poderosa y predominante atmósfera.

Sus acuarelas de viajes son increíblemente innovadoras como aquellas que realizó en Suiza, Luxemburgo, Alpes, etc. pero fundamentalmente son las realizadas en Italia las que nos ofrecen una visión clara de su evolución técnica y estilística. Turner visita Italia por primera vez entre 1819 y 1820 residiendo en Roma y Venecia, siendo esta última ciudad visitada de forma recurrente en 1833, 1835 y 1840. Tras este último viaje –el más productivo de toda su carrera- se retiraría a una villa adquirida en 1846, en la que pasaría sus últimos años hasta su fallecimiento ocurrido en 1851 a la edad setenta y seis años

La proyección de su figura, sus innovaciones compositivas y su dominio del color en la captación de los efectos cambiantes de la luz, hacen que el arte posterior deba al genio londinense entre otras cosas, la liberación del paisaje de las encorsetadas normas de las obras anteriores y el descubrimiento de la luz atmosférica como sujeto principal de sus realizaciones, apreciables en las sublimes Fiesta en la Laguna o Paz. Exequias en el mar.

La naturaleza se convierte con Turner en un espacio coloreado, disolviendo la rigidez formal del dibujo elaborado en la meteorología puntual y las fuerzas de la naturaleza que la envuelve, en una explosión coloreada, etérea y evanescente. Su autor se convierte así en un visionario que realiza obras de una majestuosidad grandiosa, como se aprecia si comparamos sus primeras acuarelas, en las que bebe de la tradición acuarelística de sus coetáneos para ya en su madurez, provocar el estallido de color y la extraordinaria síntesis que apreciamos en sus acuarelas venecianas.

Turner - Ciudad a orillas de un río

Una ciudad a orillas de un río con crepúsculo. 1833.

Turner - Fin del Canal

Venecia. Fin del Gran Canal, con San Simeone Piccolo. Anochecer. 1840

Turner - Botes en el mar

Botes en el mar. 1835-1840

Turner - Barco ardiendo

Barco ardiendo. 1826

En sus últimos años, el artista evolucionó hacia una desmaterialización y disolución de las formas que llevó a muchos de sus, otrora entregados defensores, a menospreciar sus últimas creaciones que adelantan en muchas décadas algunas de las vanguardias del último cuarto del s. XIX y principios del XX. La escuela De Barbizon es la primera en recoger el testigo de Turner en su vuelta a la naturaleza y la valoración cromática que retomará el impresionismo. Este movimiento no puede soslayar la deuda contraída con el genial pintor inglés, pues sus acuarelas abren directamente la puerta a Manet en su Impression, soleil levant (1873). Aún más allá nos lleva su acuarela Barco ardiendo o Botes en el mar, en la que la desmaterialización es tal, que anuncia la abstracción de Kandinsky en el siglo posterior.
Como anticipó Ruskin en su acertado análisis, la obra de Turner, fue de las primeras en devolver la vista a muchos “ciegos”.

Antonio Luis Cosano
Director Sección Acuarela
acuarela@latorredemontaigne.com
Antonio Luis Cosano

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