Fernando Lobo

Fernando Lobo es un músico y poeta, licenciado en historia, nacido en Cádiz en el siglo XX. Su obra es una busqueda contínua de la expresividad que le lleva a explorar los terrenos de la música, la narrativa o la poesía. En todas esas facetas alterna distintos registros que marcan la personalidad de su producción.

Ha recorrido escenarios de lo más diverso por toda la geografía española, y también ha tocado en Inglaterra, Nicaragua, Marruecos y Andorra. A lo largo de su trayectoria ha compartido cartel con artistas como Joaquín Sabina, Rozalén, Serrat, Kiko Veneno Juan José Téllez o Javier Ruibal (entre muchos otros).

Ha publicado tres discos:

– Vengo (2007)
– Encrucijada (2011)
– Para Seguir (2014)

Como escritor ha publicado dos libros:

–Nosequé Nosecuántico (Ed.Quorum,2012), novela de ciencia-ficción y humor co-escrita junto a Israel Alonso.
–Diario del niño que quería ser poeta o pájaro (Ed.Origami, 2013, segunda edición en 2014), de poesía.

Se han incluido versos suyos en los libros colectivos Estrofalario y 65 Salvocheas (Ed.Quorum). Además ha colaborado con distintos fanzines y en algunas revistas digitales y periódicos en papel (Horizonte, SecretOlivo, Diario de Cádiz, etc). También publica décimas en su blog Décimas lobunas.

En sus discos han participado Carlos Edmundo de Ory, Zahara, el Kanka o Pablo Guerrero, y han cantado letras suyas otros artistas como el grupo Cai o el Niño de Elche. Además ha colaborado con su música en los documentales “Vivir en Gonzalo” y “Un poeta en medio de las olas”.

Los versillos que yo junto
hablan de todo y de nada,
volando cada jornada
no huyen de ningún asunto.

De lo que yo me pregunto
nace todo lo que escribo,
no me falta ni un motivo
para buscar la verdad,
si huyo de la vanidad
siento que el verso está vivo.

Si la historia no nos hubiese traicionado,

si el presente se pareciera

al futuro que se soñó ayer;

si ondearan las banderas 
que nadie tejió.

Si la libertad no fuese una palabra,

si la utopía no hubiera desteñido,

si la dignidad no estuviese en venta.

Si la ternura fuera ley,

si tomáramos ejemplo
 de la rebeldía del viento…

quien sabe qué canción

estaríamos cantando.

Mientras algunos pasan sus días

añorando sus infancias,

me temo que aún

no me curé de la mia;

y no tengo más remedio que:

vivir como un niño,

buscar como un niño,

ser irresponsable

(igual que un niño),

jugar como un niño,

preguntar como un niño,

dudar igual que un niño…

aunque me temo

que cada vez que pasas

(tú siempre tan guapa)

tengo

vocación

de viejo verde.

A la memoria de Javier Krahe.

Habrá que reírse en serio,
cultivar la rebeldía,
afilando la ironía,
cantar en el cementerio,
mosquear al ministerio,
meter mano a la suerte,
besar hasta que se acierte,
poner cuernos a la prisa…
hay que morirse de risa
para burlar a la muerte.